jueves, 13 de agosto de 2009

¿Cómo echar a perder a UN HIJO?

Nunca lo regañe cuando grite y rompa cosas en lugares públicos, podría "reprimirlo" con esa actitud, mejor que los demás se aguanten y que comprendan que solo es un niño.

Comience por dar a su hijo durante la infancia todo lo que él quiera; así crecerá con la falsa idea de que todo mundo tiene que servirle.

Cuando aprenda malas palabras, celébrele "el chiste"; así creerá que es "muy gracioso" y lo estimulará a aprender otras GROSERÍAS que le sacarán a usted de quicio en unos años más.

Nunca le dé educación espiritual; espere a que su "niño" cumpla 21 años para que "decida por sí mismo".

Evite usted el uso de la palabra "malo" o "pecado"; podría crearle un complejo de "culpabilidad".

Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, para que "aprenda bien" a dejar toda responsabilidad a los demás.

Déjele leer historietas, noveluchas, pornografía y cuanta cosa caiga en sus manos; así su cerebro, se desarrollará sin "prejuicios".

Dele todo el dinero
que le pida y cúmplale sus caprichos; al negárselos podría crearle un complejo de "frustración".

Póngase siempre de su parte contra los vecinos, profesores y cuando venga el caso, contra la policía; todas estas personas le tienen "mala idea" a su
hijo.

Nunca se preocupe por darle buen ejemplo y cuando alguien le busque a usted y no quiera ser interrumpido, ordénele que diga que "no está" para que desde pequeño aprenda a "salir de apuros".

Siga todas estas instrucciones y verá los frutos muy pronto, este sistema es garantizado!


Por cada mujer

Por cada mujer que está cansada de actuar con debilidad, aunque se sabe fuerte, hay un hombre que está cansado de parecer fuerte cuando se siente vulnerable.
Por cada mujer que está cansada de actuar como una tonta, hay un hombre que está agobiado por la exigencia constante de saberlo todo. Por cada mujer que está cansada de ser calificada como una hembra emocional, hay un hombre a quien se le ha negado el derecho de llorar y a ser delicado.

Por cada mujer catalogada de poco femenina cuando compite, hay un hombre para quien la competencia es la única forma de demostrar que es masculino.

Por cada mujer que está cansada de ser un objeto sexual, hay un hombre preocupado por su potencia sexual.

Por cada mujer que se siente atada por los hijos, hay un hombre a quien le ha sido negado el placer de la paternidad.

Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo satisfactorio y salario justo, hay un hombre que debe asumir toda la reesponsabilidad económica de otro ser humano.

Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil, hay un hombre que no aprendió los placeres del arte de cocinar.

POR CADA MUJER QUE DA UN PASO HACIA SU PROPIA LIBERACIÓN, HAY UN HOMBRE QUE DESCUBRE QUE EL CAMINO A LA LIBERTAD SE HA HECHO UN POCO MÁS FACIL.

Colaboración de Nayezi de Alicante (España)

El puerco espín

Durante la era glacial, muchos animales morían por causa del frío. Los puercos espín, percibiendo esta situación, acordaron vivir en grupos, así se daban abrigo y se protegían mutuamente.
Pero las espinas de cada uno herían a los vecinos más próximos, justamente a aquellos que le brindaban calor. Y, por eso, se separaban.

Nuevamente volvieron a sentir frío y tuvieron que tomar una decisión: O desaparecían de la faz de la tierra o aceptaban las espinas de sus vecinos. Con sabiduría, decidieron volver a vivir juntos.

Aprendieron así a vivir con las pequeñas heridas que una relación muy cercana les podía ocasionar, porque lo que realmente era importante era el calor del otro y... Sobrevivieron.

La mejor relación no es aquella que une personas perfectas, es aquella donde cada uno acepta los defectos del otro y consigue perdón por los suyos propios.

"Tengan todos un mismo sentir; compartan las preocupaciones de los demás con amor fraternal, sean compasivos y humildes. No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto. Al contrario bendigan, ya que ustedes fueron llamados a bendecir y a alcanzar por ese medio las bendiciones de Dios". 1ra. Pedro 3,8-9