jueves, 1 de abril de 2010

De puro divague..

Cierto día decidí organizar una fiesta entre ex compañeros del colegio donde entrábamos cuando éramos chicos. Al pasar los días, me daba cuenta del error de no calcular la magnitud de la organización, pues estaba completamente sola en todo, y no por evitar buscar ayuda, sino por no encontrarla.
Coincidentemente, casi en la misma semana, se nos ocurre a un grupo de amigos crear una asociación de ayuda a niños pobres y yo era la cabeza de todo... nuevamente.
Por un lado me sentía halagada de tener en mis manos esos dos proyectos, por otro lado me abrumaba bastante el estrés, la ansiedad, todo, pues también soy ama de casa, madre y esposa.
Aunque uno quisiera descargarse con la pareja, no siempre se puede. En mi caso, es por el simple hecho de que mi esposo, despues de un largo día de trabajo espera encontrar en mí alivio, paz y consuelo, por lo que no considero oportuno a veces descargar todas mis tensiones. Y lo mismo va para con mis hijas pequeñas que siempre buscan en mí una compañera en cada etapa de su vida.
En uno de esos atardeceres, estando en internet, me encuentro con un amigo que hace poco la vida se encargó de que nos conozcamos siendo colegas de blog en blog, pues compartimos nuestro gusto por el arte de escribir.
Esa persona me contaba de cómo se sintió en los días que estuvo de competencia (es nadador olímpico) y aunque para él le pareciera común hablar de eso, a mí me servía de mucho escucharlo o mejor dicho "leerlo" (chat).
Él desconocía que yo estaba en un momento de mucha tensión, mucho estrés y miedo a tal vez darme cuenta que no sirva para los dos proyectos mencionados. A través de sus experiencias, me transmitía mucha paz, pues al leerlo yo estaba aprendiendo también sus mismas lecciones. Él encontró apoyo en muchos de sus admiradores, seguidores, amigos, familiares en un momento que lo necesitó más que nunca y creía haberlo perdido.
Yo no soy famosa ni tengo muchos admiradores.. pero bastó solo una persona para que me sintiera con fuerza de seguir con esos dos proyectos, de creer en mí y de irme preparada (la reunión para la asociación comenzaba en horas después). Mi esposo me apoya siempre pero muchas veces no conoce mi debilidad y mi desesperación, trato a menudo de que él solo vea a una mujer fuerte, como sostén emocional para nuestra familia.
Ni tampoco le hice ver mi debilidad a mi "amigo del chat", porque nuestras conversaciones eran mas bien como divagues, contando lo que hacemos, lo que pensamos, con quejas, risas, etc.
Aprendí una valiosa lección después de aquel atardecer... uno nunca sabe cuándo está siendo útil para el otro quien te escucha, te ve o "te lee", por eso es importante siempre que cada cosa que se haga sea con amor y que cada palabra que se diga sea con la verdad, así el otro se conecta con algun punto de su vida cotidiana en donde pasa por lo mismo.
Ese día tuve ese apoyo, ese empujón de "tú podes"... y salí del chat volviendo a creer en mí misma, lista para continuar con lo que me propuse. Decaernos ayuda en cierta manera para ser más humilde y rebuscarnos dentro nuestro, esa fuerza interior que necesitamos para luego proseguir con la frente en alto.
No lo pude agradecer al instante pues, los dos "rajamos" del chat, dispuestos a seguir con nuestras rutinas diarias.. pero aquí le digo: GRACIAS POR EL PURO DIVAGUE :)