Mi primer amor

Todo el mundo recuerda su primer amor como el primer novio. Pero en verdad el primer amor nace desde el día en que sientes algo genuino por las personas que te rodean. El primer día del padre o de la madre en que palpamos con nuestras manitos chicas las palabras “Te quiero”. Tal vez en ese momento desconocíamos el significado de estas palabras y a medida que uno crece olvida por completo rebuscarlas, hasta llegada la adolescencia y decir a los cuatro vientos ME ENAMOREEEEE!!!! (por fin el chico churro me miró o la mina espectacular me reconoció).

Hoy que soy madre, un buen día de absoluta tranquilidad (sí ya sé, es un día “mágico” si encontras paz en la casa con dos cotorras terribles y que gritan a todo pulmón) me puse a pensar en lo profundo de la vida y descubrí mi primer amor: a mis padres aguantándome el día a día, con la paciencia del mundo, con el amor incondicional, con el consuelo que requería cada momento al aprender a VIVIR , pues cada día debían lidiar “Mamá, por qué no escucho a los pajaritos?” o cuando suena el teléfono? O cuando alguien viene y golpea su mano o toca el timbre? O papá ponme mas fuerte la tele? (con el riesgo de que la calle entera escuche lo que yo veía). Así y todo me explicaban con cual dulzura (para que me duela menos el saber que no soy como los demás)

Papá trabajaba todo el día y toda la semana (parece propaganda de TIGO decir eso!) y aunque cansado venía, siempre se hacía de tiempo para jugar a las escondidas con nosotros y finalmente leernos un cuento a la noche o responder las mil preguntas “papi, qué significa eso?, y qué significa “ojalá”? y por qué es así, y por qué es redondo, y esa nueva palabra que dijiste qué significa? Ahhhhh… papi una última pregunta: qué significa SIGNIFICA?. Poooobre papá, no había diccionario alguno que nos explicase. Y mamá siempre se ocupó de nosotros, de limpiar la casa (jamás permitía que todo lo haga la empleada) de la ropa (eso que debíamos estar impecables siempre!) de “corregir” nuestros PEQUEÑOS errores (poco dolía glup!) y de darnos comida, que por cierto, esas riquísimas comidas las hacía una tía, hermana de mamá, que para nosotros es nuestra segunda mamá!: Puchero, soyo, sopa de verduras, espinacas. Con “gusto” la tomábamos bien rápido!.

El verme hoy en el espejo lo bien cuidada que estoy y hermosa (cállense, yo pude haber llegado a Miss Mundo sabían??) es porque pasaron de todo por protegerme e incluso por dejarme más tiempo llorando para aprender mi lección. Ser padre no siempre es dar todo lo que tu hijo quiere. Muchas veces el duro castigo significa el verdadero amor, pues eso te forja como persona de bien.

Sin embargo… cuán difícil es decir a papá y mamá TE QUIERO!. Salvo los días del padre y de la madre o Navidad palpamos en unas tarjetas. Pero decir cualquier otro día normal como a nuestro novio/a, esposo/a resulta un verdadero desafío. Y es toda una ironía pues hemos pasado la mayor parte de nuestra vida en manos de ellos.

En lo personal, tenerme fue sumamente difícil pues requería de mayores esfuerzos y estar donde estoy es gracias a sus decisiones ACERTADAS. Por eso, cuando la vida te presenta ante algo difícil, mi consejo es que lo manejes con amor, de ese noble sentimiento te nacerá la sabiduría. Recuerda siempre que de las cosas difíciles, los grandes obstáculos, se saborea mejor la dicha de ganar el desafío, pues resaltan tus sacrificios.

Ten fuerza siempre, la vida nunca nos golpea sin ninguna razón. Por sobre todo, CREE SIEMPRE EN TI MISMO, solo tú podrás ser el pilar de tu vida. El cómo te mires será el reflejo de cómo los demás te mirarán.

Por último…. Los quiero mucho papá y mamá!!!!!!!!

Hasta la próxima.

Celeste